Monday, March 28, 2011

Mar | 28 | Atrapa el viento

Palabra para meditar – ALIMÉNTATE

Éxodo 2:11-15
“Un día, cuando ya Moisés era mayor de edad, fue a ver a sus hermanos de sangre y pudo observar sus penurias. De pronto, vio que un egipcio golpeaba a uno de sus hermanos, es decir, a un hebreo. Miró entonces a uno y otro lado y, al no ver a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente volvió a salir y, al ver que dos hebreos peleaban entre sí, le preguntó al culpable:¿Por qué golpeas a tu compañero? ¿Y quién te nombró a ti gobernante y juez sobre nosotros? —respondió aquél—. ¿Acaso piensas matarme a mí, como mataste al egipcio? Esto le causó temor a Moisés, pues pensó: ¡Ya se supo lo que hice! Y, en efecto, el faraón se enteró de lo sucedido y trató de matar a Moisés; pero Moisés huyó del faraón y se fue a la tierra de Madián, donde se quedó a vivir junto al pozo.”

Atrapa el viento


Este fin de semana y el siguiente, mis actividades actuales de ministerio me llevarán a la campiña de Kent y, en particular, a Royal Tunbridge Wells. Este lugar es el lugar de nacimiento del gran Rev. Frank William Boreham, quien vivió desde 1871 hasta 1959. Como predicador Bautista ordenado, ejerció su ministerio en Inglaterra, Nueva Zelanda y Australia y se cree que fue el último estudiante que C. H. Spurgeon entrevistó para ingresar en su colegio de Pastores.

Los prolíficos escritos de Boreham, generalmente en forma de ensayos, se cuentan por miles, y él ha influenciado y continúa haciéndolo, a muchos grandes oradores y teólogos que lo siguieron. Los títulos provocadores de Boreham, su prosa descriptiva y poética y las historias profundamente arraigaidas en los sucesos cotidianos de su vida, contribuyó a hacer sus escritos atractivos, instructivos y memorables. Por ejemplo, al describir a una anciana dama de una aldea, mujer de carácter fuerte y valerosa, devota y muy respetada y a la que acudían por consejo, él escribe: “Al igual que el más robusto de los álamos al lado de mi puerta, ella ha reunido en sí misma la fuerza de todos los vientos crueles que tan salvajemente la han azotado”. Eso me gusta.

Si aplicamos el sentido práctico, a menudo deseamos huir de la adversidad y los fracasos, ¡en lugar de ‘alimentarnos’ de ellos! En general damos la espalda a nuestros fracasos y hasta nos dirigimos hacia pastos más verdes, donde los amargos recuerdos de esos fracasos jamás puedan florecer en nuestros plantíos ahora con tierra fértil, fresca y nueva. Con frecuencia he observado que estas dos estrategias, ‘olvidar y alejarse’, aunque no son bien vistas por algunos, son frecuentemente y a pesar de todo, prácticas absolutamente necesarias para la seguridad y en ocasiones, para la salud mental de la persona. Creo que este fue el caso de nuestro versículo de esta noche sobre Moisés y su enrolamiento en el verdadero colegio de la fe y la adoración, situado en los corredores montañosos y las desérticas y arenosas planicies del decepcionante y muerto desierto.

En este mismo desierto desolado, Moisés, ese otrora gran líder de los egipcios y de su monarquía y el futuro Pastor del desierto de los que alguna vez fueron esclavos y que se convertirían en siervos del Dios Altísimo, por los siguientes 40 años reuniría en sí mismo toda la fuerza de los crueles vientos que tan salvajemente lo habían azotado. Tanto así, que cuando fue comisionado por Dios para cumplir su destino, sus oraciones llamarían a estos mismos vientos tormentosos que más tarde serían empleados para alejar a la langosta hacia el mar, y para traer, desde esos mismos mares, miles de codornices para los quejumbrosos hombres y también para derramar esos mismos vientos destructivos sobre los ejércitos del Faraón que los perseguían, todavía con la intención de causar más muerte y de volverlos a esclavizar. Hermanos, les digo esta noche, ¡que sobre las alas de los seres angelicales que habitan y juegan, que hacen guerra y oran entre estos mismos vientos tormentosos de protección y provisión, el mismísimo Dios fue visto cabalgando! ¿Lo han visto ustedes cabalgando?

Esta noche, para algunos de ustedes es tiempo de dejar de huir de esos vientos tormentosos y es hora de enfrentarlos y ‘alimentarse’ de ellos; porque sin duda, Dios estará en ellos; sin duda se obtendrá provisión de ellos y, sin duda también, la protección vendrá junto con ellos.

Entonces, reúnan dentro de ustedes mismos la fuerza de todos los vientos crueles que los han azotado tan salvajemente y aliméntense de ellos; más aún, háganlos sus amigos porque, al final, ¡ellos ayudarán a su liberación y darán fuerza a su destino!

Reflexiona: “Montando sobre un querubín, surcó los cielos y se remontó sobre las alas del viento.” 2ª Samuel 22:11

Ora: Ahora pues, oh Padre, con mis brazos abiertos llamo a todos los vientos del Norte y del Sur, del Este y del Oeste. Enséñame a alimentarme de ellos aunque fueren tormentosos y a digerirlos para mi beneficio y mi futura liberación, para que, ciertamente, se conviertan en la fuerza del destino que Tú has trazado para mí. Te lo pido para Tu eterna gloria, en el nombre de Jesús. ¡Amén!


No comments:

Post a Comment