Proverbios 18:9
“El que es negligente en su trabajo confraterniza con el que es destructivo.”
Las 7 marcas de uno que alcanza sus sueños, y 3 escalas con las cuales medir esas marcas

En siglo XVII, el cruce por mar hasta Boston podía llevar desde 6 hasta 28 semanas dependiendo del viento y del clima. Sin baños, sin agua corriente, (excepto la que pasaba bajo la quilla), con cerveza amarga, queso mohoso, espacios atiborrados de personas, peligros y enfermedades, George Whitfield, el más grande de los oradores Cristianos, realizó ese cruce en particular, de ida y vuelta ¡unas trece veces! Como si eso no fuera suficiente para hacer que este pobre predicador llorara y se quejara, Whitfield predicaba más de 10 sermones por semana... aproximadamente unos 160,000 en el curso de su vida. Además de esto, escribía y contestaba cartas, encabezaba causas de caridad y causas teológicas de importancia y ¡recaudaba el dinero para ambas! En particular en Georgia, justo donde termina Savannah, sobre el ‘Moon River’, en un día como el de hoy de 1847, Whitfield, con sólo 25 años de edad, comenzó la construcción de los edificios de “Casa de la Misericordia Bethesda”, un nuevo orfanato para las provincias, que existe todavía hoy y se llama ‘Hogar de Varones de Bethesda’.

Los grandes sueños requieren de grandes esfuerzos. Los grandes sueños necesitan de grandes soñadores con tierra bajo sus uñas. He observado que existe una gran diferencia entre el que sueña despierto y el que alcanza su sueño, y es una diferencia de siete grados, generalmente marcada por: oración, sangre, sudor, lágrimas, cansancio, preocupaciones y malestares. ¿Qué eres tú esta noche? ¿Una persona que sueña despierta o una que alcanza sus sueños? Si deseas saber cuál eres tú, fíjate si hueles a sudor, luego revisa tu bolsa para mareos y después tu cuenta bancaria, ¡pues esas son las tres mejores escalas que necesitarás para discernir, verdaderamente, cuál de las dos personas eres tú!
Reflexiona: “El que labra su tierra tendrá abundante comida, pero el que sueña despierto es un imprudente.” Proverbios 12:11
Ora: Señor, en todos mis sueños, en todas mis visiones y en todas mis leyes de atracción, ayúdame a levantarme y dejar de lloriquear ¡y a poner manos a la obra! Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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